INTRODUCCIÓN
Al pensar en la ciudad, podemos, en una primera instancia, verla como un gran contenedor de estructuras, dinámicas y relaciones entre sujetos y objetos. Así, la ciudad se convierte en un lienzo en el que se posan diversas manifestaciones de los seres humanos que la habitan. Estos, a través del tiempo, van construyendo memorias, identidades e imaginarios de sus acciones, las cuales se reconocen desde la idea un "estar" o un "habitar". De esta manera, la ciudad se configura como una gran enciclopedia de prácticas y visualidades, al al transcurrir de los años, funcionan como huellas y evidencias de los procesos de apropiación que hacen los sujetos del territorio.
Por esta razón, los objetos, olores, atmósferas y dinámicas, propias de la ciudad, constituyen un acervo importante. Acervo que da cuenta de las marcas, imaginarios y relaciones simbólicas que se establecen entre los individuos y los territorios. En consecuencia, estos pueden pensarse como narraciones del habitar en el afuera, término utilizado por Manuel Delgado para reflexionar sobre el espacio público. En consecuencia, el afuera es un lugar que se ocupa, se transita y deviene territorio de participación social y soporte del tejido cultural.
Las ciudades, entonces, contienen bajo su piel marcas que permiten leer las maneras en que se apropian o no de los espacios, al mismo las formas en que se delimitan su uso a través de los años. De esta forma, los individuos pueden comprender y reconocerse dentro de las estructuras de la cultura. Ya que es a partir de la comprensión, la apropiación y la multiplicación de las manifestaciones, los códigos y las prácticas que convergen dentro la ciudad, se identifica o disiente como parte de un grupo social.
IMÁGENES Y HUELLAS
La estructura física de la ciudad está llena de gestos y prácticas que son propios del habitar de quienes se conciben como propios y extraños. Estos se vuelven textualidades visuales, las cuales, no solo dan cuenta de las intervenciones fisicas que sufre la ciudad, sino también, dan cuenta de las relaciones simbólicas que los sujetos establecen con el territorio que llaman suyo o el ajeno. Por lo tanto, en la estructura urbana que se hace ciudad, se encuentran una serie de acciones fruto de la hibridación cultural propia de las sociedades contemporáneas, tal como lo plantea García Canclini en su obra de 1997.
Por lo anterior, cuando caminamos por la ciudad no nos resulta difícil encontrar visualidades y gestos que hemos decidido llamar "arqueologías urbanas" (1), las cuales, no solo se posan sobre la superficie urbana de la ciudad, sino que también son capturadas -directa o indirectamente- a través del ejercicio de la fotografía. De esta manera las fotografías se convierten en guardianes de los testimonios mudos que tienden a ser ocultados sobre capaz urbanas que a través del tiempo van recubriendo la superficie del territorio. Así pues, la fotografía como objeto no solo actúa como documento histórico y social, sino que también, da cuenta de las intervenciones, la apropiaciones y las transformaciones que se hacen sobre los territorios. En ella se cuelan huellas, vestigios, elementos que se fijan a las imagenes convirtiendose en un dispositivo fundamental para la reconstrucción de la memoria fisica y simbolica de las ciudades.
Ya que, las fotografías, que guardan "las arqueologías urbanas", se han vuelto fundamentales dentro del proceso prendamiento de la memoria de una sociedad, y como consecuencia en dispositivos esenciales para la consolidación simbólica de la identidad social y urbana de las ciudades. Pues, ella exponen las maneras en que se edifica la historia social y cultural de un grupo humano por medio de los imágenes que son huella y dan cuenta de las maneras del habitar.
CIUDAD Y MEMORIA.
Ahora bien, si, entendemos la ciudad como una estructura espacial dentro de la cual convergen diversas dinámicas y personas. Por lo que, podemos pensarla como un escenario de intercambio de prácticas, experiencias, lenguajes, ideas e imaginarios. Adicionalmente, sobre ella se escribe, capa a capa, la historia y las identidades de quienes la habitaron y la habitan. De tal manera que, la ciudad se convierte en un espacio virtual y dinamico, dentro del cual se entretejen numerosas estructuras simbólicas que definen y delimitan a los grupos humanos y a su tiempo. Por lo tanto, la ciudad se convierte en un texto visual en el que se puede reconocer las memorias de transformación, exclusión e sincretismo que en el tiempo la hacen y re-significan.
Finalmente, las fotografias que resguardan los vestigios, las huellas y las marcas y son expuestas, permiten recuperar de aquello que simbólicamente representa y hace la ciudad. Reconocer dichas "arqueológicas urbanas" a través de las imagenes es descubrir una y mil historias que hacen parte de la memoria colectiva de una sociedad.
_____________________________
(1) El termino "arqueologías urbanas" es un termino que tomamos prestado de la disciplina de la arqueología, y es usado para delimitar a la práctica en la cual se reconstruye la memoria histórica y cultural de una sociedad, a partir del estudio de los vestigios que se esconden debajo de la superficie de las ciudades que se mantienen activas sus dinámicas urbanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario