sábado, 25 de mayo de 2019

Análisis Sobre la propuesta de hermenéutica holística a partir del texto de Laura Gonzales: La hermenéutica como propuesta holística en los estudios de la imagen


Análisis Sobre la propuesta de hermenéutica holística a partir del texto de Laura Gonzales: La hermenéutica como propuesta holística en los estudios de la imagen[1]

Mónica Lucia Molina Saldarriaga. 
  
Laura Gonzáles Flores es una teórica mexicana, Doctora sobresaliente en Bellas Artes de la Universidad de Barcelona   que se desempeña actualmente como docente investigadora de la Universidad Autónoma de México. Su campo principal es el estudio dela fotografía desde la teoría estética, la filosofía y la historia del arte. Su publicación más importante es FOTOGRAFÍA Y PINTURA: ¿DOS MEDIOS DIFERENTES? De 1998, texto en el cual desarrolla un análisis profundo de la fotografía como expresión artística. Además de contar con sin número de publicaciones que reflexionan, la imagen, la fotografía y el arte desde una mirada teórica y conceptual. 

La hermenéutica como propuesta holística en los estudios de la imagen (A hermenéutica como propuesta holística nos estudos de imagen) es un artículo publicado en la revista Ars en el año 2011. La autora se pregunta ¿Cuál es la pertinencia de los estudios hermenéuticos en el campo de la historia del arte? y ¿Cuál es la relación o el aporte que puede hacer una disciplina que tiene sus bases en la filología, la teología y la jurisprudencia? Para finalmente lograr sustentar una propuesta de una hermenéutica holística desde el soporte teórico que le ofrecen las ideas hermenéuticas de Gadamer y la fenomenología de Heidegger al mismo tiempo que da luces para entender el dispositivo visual (la obra de arte) como objeto (texto) de conocimiento.
El análisis propuesto para esta exposición, se enmarcar en la reflexión desde tres conceptos – Estética, Hermenéutica y obra de arte -  bajo los cuales se intentará hilar la propuesta desarrollada a lo largo del texto. 

Comenzaremos entonces por definir el concepto de hermenéutica y las forma en que éste ha sido traslapado de las disciplinas de la lingüística y la filología a las prácticas del análisis y las reflexiones del arte, para enmarcar la descontextualización que es sostenida por la autora “O mais surpreendente é que a menção à hermenêutica aparece descontextualizada de uma compreensão específica dela mesma, pelo que se deduz que a maior das vezes, e em seu uso definido, é utilizada como simples sinónimo do termo “interpretação”, e não como uma teoria filosófica concreta” (Gonzáles Flores, 2011, pág. 36)
La hermenéutica en una primera instancia es definida como la expresión de un pensamiento, de ahí la explicación, y sobre todo la interpretación de los mismos; interpretación que está mediada por principios de verdad que atañen la totalidad y la particularidad del todo para Gadamer la hermenéutica se define como el arte de explicar y transmitir por el esfuerzo propio de la interpretación lo que es dicho por el otro. (Gadamer , 1998) .
Esta disciplina que tradicionalmente está vinculada a los estudios de la filología, la teología y la jurisprudencia; desde el siglo XIX ha sido ampliada como concepto y aplicada como metodología para las ciencias humanas, apoyando así la creación de estas como productoras de conocimiento. Sin embargo y tal como lo afirma Gonzáles, para pensar la hermenéutica como herramienta para la historia del arte esta no debe entenderse como una metodología que permite la interpretación, pues el sentido filosófico de la hermenéutica es mucho más complejo a la simple interpretación de símbolos, aunque conserva relación con ello, así lo expone Ferrater “Aunque esta última significación parece al principio tener poco que ver con la anterior, está estrechamente relacionada con ella en tanto que las expresiones que hay que interpretar son consideradas como expresiones simbólicas de una realidad que es menester "penetrar" por medio de la exégesis.” (Ferrater Mora, 1951, pág. 837)

Es claro entonces y para apoyar la idea que plantea la autora se propone retomar la definición que plantea Ferrater Mora en su diccionario filosófico (1951), el cual define a la hermenéutica como una ciencia que permite el acceso al conocimiento a través de las herramientas de interpretación del pensamiento y no solo de los signos, lo cual la configura como un dispositivo conceptual para la construcción del conocimiento a través de la compresión de la realidad o los fenómenos que se quieren comprender,  reconociendo la totalidad y el origen de los datos que permiten la particularidad de la información expuesta.
A demás se retoma a la idea de la universalidad de la hermenéutica plateada por Maurizio Ferraris en su texto Historia de la Hermenéutica (2005) en el cual se plantea un recorrido por el concepto desde su surgimiento en la antigüedad hasta el hoy, además de desarrollar un análisis del uso del concepto desde diferentes posturas ideológicas a partir del romanticismo. Para enmarcar la idea de la autora en tanto la pertinencia de pensar una hermenéutica para la imagen. 

La universalidad hermenéutica contemporánea noes, pues, entendida como extensión de prácticas originalmente localizadas, sino al parecer, como el acceso a un nivel diferente (que, sin embargo, mantiene fuertes vínculos con lo antiguo). El alcance existencial )y, a través de él, universal) de la hermenéutica en Sein und Zeit[2], se aleja de la tradición exegética[3] de la teología, del derecho y de la filología, pero conserva en sí lo que había sido adquirido por ellas y que ya estaba implícito en el alcance práctico del hermeneuein –a saber, que en el interpretar “hay” decisiones históricas y existenciales de los sujetos y las comunidades. Análogamente, la idea de la hermenéutica como tematización del papel constituido del logos[4], en Heidegger y después sistemáticamente en Gadamer, se vuelve a enlazar, como se ha visto, a la idea antigua de la hermenia como sermo y verbum[5]. Es la explicitación de estos propuestos lo que determina la pretensión de universalidad de la hermenéutica contemporánea; una “hermenéutica filosófica”, con base en esto no significa la interpretación de los textos filosóficos, sino, precisamente, que se impone la interpretación como tarea fundamental. (Ferraris, 2005, pág. 12)

Ahora bien, estas relaciones de significación están directamente vinculadas con la lingüística, por lo cual Gonzales se pregunta ¿cómo una disciplina que está vinculada directamente con un ejercicio de interpretación de un lenguaje tan ambiguo como la lengua, puede servir para hacer análisis de las obras de arte en el contexto de la historia del arte?  Vinculando directamente la respuesta al viraje que sufre el concepto del arte y se puede pensar de las prácticas del conocimiento de las humanidades en el siglo XIX.  Además de que aquellos que se apoyan he dicha disciplina como metodología para pensar que la historia del arte, solo se acercan a la superficie de la interpretación en una primera instancia y en una segunda instancia no se hace mención a ningún autor especifico, y no reconocen que no hay conceptos más antagónicos que la hermenéutica y la metodología.

(…) os historiadores parecem buscar na hermenêutica uma ferramenta para alcançar uma decodificação da obra “passo a passo”. Nesse sentido, ressaltamos aqui o enorme equívoco da classificação, já que não há conceitos com sentidos mais antagônicos do que a hermenêutica e a metodologia. (…) (Gonzáles Flores, 2011, pág. 37)  

Por lo tanto y para entender la propuesta de Gonzáles abocada a plantear una idea de una hermenéutica para el estudio de la imagen y la historia del arte, se hace necesario comprender que no se puede pensar la obra de arte o la imagen (picture), como un simple contenedor de datos simbólicos dispuestos a ser netamente interpretados desde la hermenéutica con la idea pura de la interpretación, ya que, esta tarea es aborda por disciplinas como la iconología y la iconografía, más aun si se entiende que,  a la luz de la hermenéutica la obra de arte no tiene por objeto la comunicación.[6] Por ello la autora pasa a exponer la idea de una hermenéutica que se comprenda en toda su demisión como concepto filosófico a partir de Gadamer y Heidegger en relación a un pensamiento estético; es de aclarar que Gonzáles devela que este último no es abordado por los dos autores desde el sentido dado a la estética en el siglo XVIII. Es desde la relación estética – hermenéutica que ellos aportan contribuciones significativas para abordar la teoría del arte. 

Ahora bien, para ampliar lo que la autora trata de develar y define en el final del texto como hermenéutica holística, es necesario comprender la reflexiones sobre hermenéutica y estética que propone Gademar (en primera instancia) en sus textos Estética y Hermenéutica[7], y La actualidad de lo Bello[8].  Con lo cual se pretende dar conexión a los dos primeros conceptos elegidos para el desarrollo de esta exposición.
En el texto estética y hermenéutica Gadamer comienza por establecer el carácter de la obra de arte, la cual la  define más allá de un documento histórico, poniendo su fuerza narrativa sobre los límites de los “horizontes históricos originarios” (Gadamer , 1998, pág. 55) en oposición presenta la obra de arte como una figura anacrónica que tiene su propio presente, conservando hasta cierto punto su origen histórico, ya que este es el que permite comprender la totalidad de esta“(…) la obra de arte es de un presente intemporal.” (Gadamer , 1998, pág. 56). Siendo especialmente una expresión de compresión del mundo que el autor se ha figurado, por ello propone pensar la obra como un dispositivo abierto a una ilimitada investigación. Así pues, se puede pensar que la hermenéutica ejercida por un historiador debe permitirse, ser desplegada como una ciencia que conceptualiza la producción artística, a partir un pensamiento que permita una reflexión que vaya más allá de la relación clásica del sujeto-objeto. 

La obra se presenta entonces como un dispositivo que no solo se convierte en un mero objeto de placer estético, desde el punto de vista de la estética tradicional, por el contario lo que propone Gadamer es validar la obra de arte como objeto de conocimiento sublime superando los planteamientos del gusto del siglo XVIII intentando resolver las contradicciones planteadas por Kant, Hegel y Schiller. Aproximando el pensamiento metafísico y ontológico tal como lo expone Gonzáles en el texto:

Heidegger y Gadamer tentam resolver este paradoxo dissolvendo a problemática em sua raiz, ou seja, a partir de sua aproximação a um pensamento metafísico y ontológico baseando em aposições clássicas: a primeira, a saber, entre um pólo que conhece e sente (o sujeito) e outro que representa o que se conhece (o objeto); a segunda, entre um conhecimento racional (nous) e outro sensível (aisthesis); a terceira entre produção e naturaliza, e assim por diante. A bordagem filosófica de ambos emerge a partir das categorias sob a ideia fenomenológica de um ser que é, e se revela, em contexto do qual faz parte.(…) (Gonzáles Flores, 2011, pág. 40)
 
Así pues, que a partir de esto Gadamer reflexiona la obra de arte superando la idea de ser un objeto de placer estético –histórico que no dice nada más que aquello que tenía que decir originalmente; sustentando el sentido de problematizar de la obra de arte como objeto de conocimiento que permite comprender el mundo a partir de la “estética y la hermenéutica”. Es así como, que ante la lectura de Gadamer, la obra de arte no se puedo concebir como un objeto cerrado y la imagen como un dispositivo mudo; por el contrario, estas dicen algo que está enmarcado en el campo de la comprensión del ser. 

Esto y como lo expone la autora se encuentra en los propósitos prácticos de la obra de arte ya que esta se encuadra fuera de los límites de un documento histórico, en palabras de Gadamer “la obra de arte le dice a uno, y ello no sólo del modo en que un documento histórico le dice algo al historiador: ella dice algo a cada uno, como si se lo dijera expresamente a él, como algo presente y simultaneo. Se plantea así la tarea de entender el sentido de lo que dice y hacerlo comprensible así y a los otros.” (Gadamer , 1998, pág. 59) En un invitación a confrontarnos con nosotros mismos. Puesto que, lo que se dice allí, no es solo una forma de lo que ya se conoce, sino en relación a lo que sebe comprender, ofreciendo desde el exceso de sentido que reside en forma del lenguaje en la obra misma, haciéndola inagotable que se construye y construye su propio lenguaje.  Así “Gademer describe el arte como un juego: un horizonte de auto-representación que surge de la relación entre autor, interprete y publico” (Gonzáles Flores, 2011, pág. 41)

De este modo Gadamer propone esta extensión del concepto del lenguaje para hablar de un lenguaje del arte, lo que permite entender la extensión de la idea hermenéutica para la comprensión de la obra de arte.  “(…) en la extensión del punto de vista hermenéutico al lenguaje del arte se hace claro cuán poco alcanza la subjetividad del opinar para caracterizar el objeto de la comprensión por eso tiene un significado fundamental, y en este sentido la estética es un importante elemento de la hermenéutica general.” (Gadamer , 1998, pág. 61)Es así como, en la hermenéutica gadameriana, la producción artística y el juicio estético son pensados como una unidad, tal como lo expone Gonzáles. 

Este elemento que no está inmediatamente en la obra de arte,  es definido como símbolo que cargan de múltiples sentidos la obra y no remite a lo que ya se conoce por el contraro se presenta como un elemento que se da para completar algo[9], por ello Gadamer y tal como lo cita Gonzáles propone cambiar la palabra “obra” por “conformación” o composición. 

Así pues, la cualidad signica de la composición no solo está en la significación de lo visible concreto, sino que está cargada de sentido para quien lo observa, quien la produce o quien la guarda. La imagen es la evocación de la existencia de algo, el sentido que ese algo representa como símbolo cultural, social o sensible, este último es esencial porque si bien no puede entenderse como un concepto para la compresión, si es una referencia natural que es inabordable por medios intelectuales, pero si esencial para la compresión desde la idea estética que permite parte de la comprensión del todo ya que “(…) en este sentido, decimos : lo simbólico no sólo remite al significado, sino que lo hace estar presente: representa el significado (…) En ellos, representación no quiere decir que algo este ahí en el lugar de otra cosa, de un modo impropio e indirecto, como si se tratase de un sustito o de un sucedáneo se tratase. Antes bien, lo representado esta ello mismo ahí y tal como pues estar en absoluto” (Gadamer , 1991, pág. 90) . De ahí que la autora traiga la reflexión  hecha por Roland Bartes en su texto la cámara lucida, en el cual el autor habla de la carga de sentido sobre el objeto fotográfico desde la trasladándola con el planteamiento que propone Gadamer “Um retrato, segundo Gadamer, representa alguém ao convocar sua existência, e não ao marcar sua ausência (isto é especialmente pertinente no caso das imagens fotográficas, como explica Barthes em A câmara clara, em termos semelhantes)” (Gonzáles Flores, 2011, pág. 42).

Es entonces, debemos entender la obra de arte como incompleta, pues es desde allí, donde esta actúa como portadora constante de experiencias. Es en esta incompletud que permite transformarse y permanecer presente con un movimiento alterador, en su condición de relación con quien la mira es en este punto que se encuentra lo que Benjamín llamaría el “aura[10] de la obra”. Es entonces desde la relación de la estética y la hermenéutica como la obra de arte puede verse como un dispositivo visual que supera el tiempo y se mantiene en un presente continuo en una conjugación con el pasado. 

Es así, como podemos entender lo que plantea Gonzáles en el tercer fragmento del texto, en lo cual queda sustentada su hipótesis de porque no se puede pensar la hermenéutica para la imagen, como una metodología para la interpretación. Validando la hermenéutica como una ciencia filosófica que permite el acercamiento a la compresión del mundo a través de la imagen. Para ello sostiene que, para pensar un estudio hermenéutico para la imagen y la historia del arte, se hace necesario proponer un marco referencial multidisciplinar ya que las disciplinas aisladas presentarían una serie de limitaciones, trazando un paralelismo entre la iconografía y la hermenéutica histórica -- “las intenciones de la “hermenéutica histórica”,(según Gadamer) se enfoca en una propuesta que supera el estado interpretativo superfluo de la obra y piensa está como un todo de contenido de conocimiento” (Gadamer , 1998, pág. 56)- tanto para la historia del arte como para la estética. 

La propuesta holística de Gonzáles, parte de la idea de la universalidad abarcarte de la hermenéutica que hace Gadamer “la universalidad del punto de vista hermenéutico es una universalidad abarcarte. Si ya una vez formulado “el ser que puede ser comprendido, es lenguaje”, no es ello, desde luego una tesis metafísica, sino que describe, desde el centro de la comprensión la ilimitada amplitud de la mirada a todo alrededor.” (Gadamer , 1998, pág. 60)

Proponiendo así, las bases teóricas para hablar de una propuesta de análisis desde la historia del arte en relación con la idea de una hermenéutica “holística”[11]; permitiendo articular, de esta manera un método para realizar aproximaciones que permitan la comprensión de la obra y no generando un vínculo con la mera interpretación. La autora intuye la necesidad de pensar una relación entre la hermenéutica y la historia del arte a partir de la experticia de comprensión del mundo que ofrece la obra de arte, la cual se presenta como “texto”, en el sentido que es contendedor de un lenguaje que puede ser interpretado y comprendiendo.

Ahora bien, si se piensa la obra de arte como “texto”, podemos pensarla como un dispositivo sensible desde las ideas de Heidegger el cual ve la obra como un mediador donde el ser se revela a través de la poética y bajo la cual se puede conquistar el des ocultamiento de las cosas. A su vez Heidegger evidencia la importancia de la obra de arte desde la noción de tekné, bajo lo cual propone el arte como un instrumento de preservación de la vida moderna, a través de la producción de lo que la tecnología que se abre, reconociendo la técnica como una capacidad creativa y no netamente práctica, que permite contener conocimiento y memoria, los cuales sirven para la compresión del mundo. Desde esta perspectiva podemos visualizar la obra de arte como un dispositivo contenedor de la memoria y conocimiento visual que es capaz de generar aperturas al conocimiento y a la comprensión a partir de la experiencia estética que abre la obra en sí. “É preciso valtar-se para observar la obra de arte, una experiencia complexa que é capaz de “abrir mundos” (Gonzáles Flores, 2011, pág. 40)

Ahora para finalizar se pretende exponer la relación de la historia del arte con la propuesta de hermenéutica holística, elaborada por Gonzáles. En primera instancia hay que indicar que la autora reconoce el estudio de la historia del arte actualmente como una disciplina que supera los hechos de la relación cronológica y reconoce la identifica como una manera de acercarse a las formas de compresión del mundo, no solo por la descripción de los sucesos, sino por la conceptualización de ellos a través de los objetos. A demás de reconocer el giro conceptual que el arte sufre en el siglo XIX, lo cual influenciara, no solo las formas de hacer arte, sino también la forma de pensarlo. 

Es así como reconoce la necesidad de pensar una serie de instrumentos desde la multidisciplinaria que   permita realizar investigación desde esta disciplina, a partir de un reconocimiento de las fuentes como dispositivos para la compresión del presente a través de una relación con el pasado, y así, comprender el sentido del ser, desde esa relación sujetos –objetos que se interrelacionan de manera objetiva a través de las subjetividades; tejiendo realmente intersubjetividades, tal como se plantea en la fenomenología.
Es desde allí, que la idea de una hermenéutica holística cobra sentido, pues reconoce la disciplina de la historia del arte como una posibilidad de develar a través del dispositivo (obra o imagen –picture-) lo que está allí, no solo como signo visible o icónico, sino como capaz de abrir conocimiento que esperan ser comprendidos más allá de interpretados. Ya que comprender es sumergirnos en la idea de nosotros mismo y la relación con el mundo. 

Entender la propuesta hermenéutica de Gonzáles como una ciencia holística, es darle sentido a lo que plantean autores Warburg, Didi-Huberman, Belting o Damisch; para un estudio expandido de la historia del arte, los cuales entiende los dispositivos visuales como un instrumento para la comprensión del mundo y de nosotros mismos. Tal como se planteó en la sesión anterior la obra de arte se puede entender como el impulso del conocimiento que nos permita comprender y entender dónde estamos.[12]



[1] Publicado en, Ars, vol. 9, no. 18, Sâo Paulo, 2011, 33-47

[2] Ser y tempo de Heidegger.
[3] Interpretación crítica y completa de un texto.
[4] la palabra en cuanto meditada, reflexionada o razonada. Puede traducirse de distintas formas: habla, palabra, razonamiento, argumentación o discurso.
[5] Palabra y verbo
[6] (…) O objetivo da obra, aos olhos da hermenêutica, não é o de comunicar. Por tanto, não tentara encontrar chaves de “decodificação”, como ocorre na iconografia ou na iconologia, nem derivará seu sentido comunicativo de uma indução despojada dos parâmetros axiológicos socais e históricos contextuais. (Gonzáles Flores, 2011, pág. 38)
[7] Para el propósito de esta exposición se revisó el texto publicado por la Editorial TECNOS S.A en 1998 la ciudad de Madrid. 
[8] Texto publicado por Paidós 1991 en  Buenos Aires Argentina.  
[9] (…) en cambio el símbolo, la experiencia de lo simbólico, quiere decir que este individual, este particular se presenta como un fragmento de ser que se promete completar en un todo integro al que se corresponda con él; o también quiero decir que existe e otro fragmento, siempre buscando que complementará en un todo nuestro propio fragmento vital. No me parece que este “significado” este ligado a condiciones sociales especiales  -como es el caso de la religión de la cultura burguesa tardía-, sino, ,más bien, que la experiencia de lo bello en el ate es la evocación de un orden integro posible, donde quiera que éste se encuentre. (Gadamer , 1991, pág. 85)  
[10] Se entiende por aura ese velo de sublimidad que atrae la obra de arte, es aquello que está en el ocultamiento –precisamente – y deviene experiencia estética.
[11] El todo de las cosas, la consideración de algo desde un todo.
[12] Palabras del profesor Biagio al cierre de la sesión anterior.