REFLEXIONES DE LA IMAGEN FOTOGRAFICA COMO HERRAMIENTA
MNEMOTÉCNICA Y AURATICA
Mónica
Molina Saldarriaga
Magister
en Estética
Ilustración 1
Raoul Hausmann
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Culminando el siglo
XIX es la fotografía, y su capacidad de representativa y reproductiva
la que le permite posicionarse como elemento de imagen más relevante en la
naciente época de la industrialización “El
éxito de la fotografía se debe a la capacidad mecánica de esta para copiar el
modelo actual” (Metot, 2010). Este hallazgo derivado de la brusquedad por
alternativas que permitieran capturar y conservar las perfección de las imagen
que se podían observar dentro de la cámara oscura, estructuraron una forma de
crear imágenes que revolucionó el panorama del arte; haciendo de este un hito en la historia de las artes plásticas y la humanidad, pues esta técnica
logra perfeccionarse, hasta tal punto, que permite representar de manera
idéntica los hechos del mundo que acaecen.
Este hecho deja la
puerta abierta para reflexionar entorno a lo que se define como la aura en la
obra de arte, que para teóricos como Walter Benjamín queda quebrantada por la
capacidad reproductiva y el frio mecanismo por el cual es obtenida la imagen
fotográfica, ¿Pero qué pasa entonces con aquellas experimentaciones que se
desarrollan en virtud de los proceso físicos, técnicos, simbólicos y
mnemotécnicos que en sierra la imagen fotográfica?
Pasaremos entonces a
realizar algunos proceso de reflexión en torno a tres cuestiones la primera,
dirigida a pensar la imagen fotográfica como dispositivo para la memoria
hipomnésica del ser humana; la segunda en lo que corresponde a la imagen
representativa y no representativa desde la técnica fotográfica y el tercero de
la condición aurática de la misma.
1
1. LA IMAGEN FOTOGRÁFICA COMO INSTRUMENTO PARA LA MEMORIA HIPOMNÉSICA
|
En primera instancia se hace pertinente definir el
concepto de memoria y posteriormente pensar esta a la luz de la imagen
fotográfica, la memoria entonces es definida como los dispositivos que permiten
el almacenamiento de información, hechos o acontecimientos que suceden. Es así
como para el pensador Stiegler existen
dos tipos de dispositivos en el ser humano, el primero denominado como anamnesis
definiendo desde Platón como memoria del ser interior; de la idea que se
suscita como recuerdo intrínseco del ser y la otra llamada hipomnésis que se
relaciona con la memoria de la exteriorización.
Es entonces si pensamos la imagen fotográfica como la
representación del mundo factico, encontraremos en el objeto fotográfico una
memoria hipomnésica constituida dentro de los contextos sociales actuales, ya
que en ellos se encuentran un conjunto de signos que son transferidos,
exteriorizados y transmitidos de forma eficaz y en un lenguaje que puede ser
entendido, activando de manera automática la denominada memoria involuntaria
del sujeto, lo que permite realizar una lectura de la imagen totalizada en un
lenguaje común, y esta puede ser interpretada independientemente de su
origen.
El mismo Barthes en su texto la cámara lucida nos señala
que por las formas en que son leídas y apropiadas las imágenes que se
encuentran dentro del objeto fotográfico, podríamos decir que son referentes de
la memoria de anamnesis del sujeto, ya que la imagen fotográfica siempre va ser
vista como el objeto mismo y no como la representación de este. Esto pensando la imagen representativa desde
el papel se le asigna a la fotografía por la su facultad de representar la
realidad, siendo en esta hecho donde radica su auge.
El proceso de gramatización
es la historia técnica de la memoria, en la que la memoria hipomnésica repentinamente realza la constitución de una
tensión anamnésica de la memoria. Esta
tensión anamnésica se exterioriza a sí misma en forma de las obras del
espíritu, donde las épocas de la individualización psicosocial se configura sí
misma[1]
Es
en este punto donde observamos el desplazamiento del estado anamnésica de la
memoria de la referencia del mundo por el desarrollo hipomnetico de las
imágenes, ya que en esta trayectoria de la memoria del recuerdo que tenemos de
este objeto como tal, ya no es la imagen del objeto en fotografiado que se
observa sino el objeto mismo. “Sea lo que sea lo que ella ofrece a la vista y
sea cual sea la manera empleada, una foto es siempre invisible: No es a ella a
quien vemos”[2].
La foto es entonces un simple soporte de la idea, por lo tanto interior de ella
lo que hace que sea significativa o
transmisora para el sujeto.
Teniendo claro la cualidad que conserva el objeto
fotográfico como dispositivo de la memoria hipomnésica que permite ser
dispositivos de almacenamiento de los hechos facticos, pasaremos a reflexionar
entorno a la inquietud, en la cual caben esas imágenes fragmentarias,
diseccionadas y fantasmagóricas que no son hechos propios de la representación
y para las cuales nos preguntaremos si también fusionan como dispositivos para
la memoria y tiene una condición aurática.
2. MEMORIA
Y AURA EN LA IMAGEN FOTOGRAFICA
Antes de realizar una reflexión en torno al concepto de aura en asocio con la memoria que
se posa en la imagen fotográfica, intentare definir la idea que se teje detrás
de este concepto; podremos entonces entender el aura a través del acercamiento
que realizan teóricos como Walter Benjamín, Baudelaire entre otros los cuales
define el aura como el valor simbólico que tiene la obra de arte en relación al
intercambio de miradas que suceden entre
la obra y espectador.
Ilustración 3
Bernard Plossu |
Es entonces desde la condición aurática asignada la obra
de arte o las manifestaciones artísticas es que podemos ubicarla dentro de los
dispositivos mnemotécnicos de la memoria hipomnésica de la vida cultural,
social, política y religiosa de un grupo social particular.
Aun que se ha de anotar la negación rotunda que se denota
desde Benjamín por asignar a la imagen fotográfica la condición aurática y por
el contrario la acusa de acabar con el aura de la imagen misma reproducida por
el poder de masificación y popularización que la herramienta reproductiva
permite y la frio del aparato mecánico; no podemos desconocer la capacidad
imagen fotográfica como herramienta para construir procesos de
identidad, poder y status, características desde las cuales se visualiza la
condición aurática de la imagen, su único des fortunio es desvanecer el
virtuosismo del artista para la reproducción de la imagen misma.
Es por ello que
podemos pensar la imagen fotográfica con una condición aurática propia, ya que
es esta la que permite visualizar elementos de la realidad que no se nos
evidentes a la mirada, es en ese intercambio de miradas de la imagen
fotográfica que se permite develar, como un aura, espacios de tiempo, espacio y
memoria, se permite traer esa lejanía al ahora y al aquí “La fotografía
reafirma así su papel de revelar al ojo ordinario realidades supuestamente
existentes pero invisibles”[3].
Evidenciado así una
relación directa entre la memoria y la condición aurática de los elementos
visuales que construyen la imagen fotográfica las cuales pueden
ser leídas, totalizadas en un mismo lenguaje, lo cual permiten ser
interpretadas in diferente de su origen, es en este punto donde las
mnemotecnias de la imagen son más fuertes. Es así como podríamos pensar que el
aura confluye dentro del proceso mnemotécnico ofrecido por el mecanismo de la
hipomnésis que se abre en la memoria visual en la cual se introduce el sujeto.
3. DE LA MEMORIA DE LA IMAGEN
DE REPRESENTACIÓN A LA MEMORIA DE LA IMAGEN NO REPRESENTATIVA.
La imagen ha cumplido a través historia de la humanidad
un papel en torno a la representación de la idea del mundo en cualquiera de los
contextos históricos y culturales del sujeto, siendo la herramienta de
exteriorización de la memoria visual para la formación mágica, religiosa,
cultural, política y social de todos los grupos humanos.
Funcionando
la imagen representativa como dispositivo de almacenamiento de la cultura
visual para trasladar la memora anamnésica a los sistemas de almacenamiento hipomnésica,
es entonces la imagen fotográfica al igual que la pictórica, la grafica, la
escultórica entre otras una instrumento que permite por medio de la
interpretación del mundo factico la consolidación de una memoria visual.
Sin embargo a
comienzos del siglo XX, y en respuesta a los fenómenos de reproducción de la
imagen hay un replanteamiento de la intención de la obra arte. Los artistas de
este periodo despiertan un mayor interés por la idea y el hacer creador propio
del arte, acción a la que no fue ajena
la fotografía, gracias a la curiosidad de algunos artistas por explorar las
herramientas ofrecidas por esta nueva técnica.
Los
cuales alejan la producción fotográfica del simple ejercicio representativo y
reproductivo convirtiéndolo en un nuevo lenguaje de creación artística, bajo la
cual es posible encontrar
características e intenciones de la gestualidad pictórica y la técnica
fotográfica que se reúnen entre un punto medio dentro de la creación de la
imagen.
Ilustración 4
Toni Schneiders |
Cabe preguntarse entonces
¿Qué tipo de memoria pretende desarrolla cualquier de las imágenes no
representativas, que se produce a través del principio del siglo XX y más aun
cuales el estado de la memoria en la cual se introduce las imágenes logradas a
través de la producción de la fotografía no representativa?
Es así como podemos pensar la imagen como dispositivo de
la memoria en dos planos, el primero que está asociado a la imagen mental que
se construye desde la memoria de la hipomnésis que se asocian con los proceso
culturales, sociales, políticos y religiosos vividos y el segundo que hace
referencia a los constructos visuales no representativos que corresponden a los
recuerdos por asociación impresos en la memoria anamnésica.
Es así como no se debe limitar la relación que tiene con
la imagen sobre el papel fotográfico no
se limita al estado representativo, también las imágenes fotográficas
fragmentadas, disueltas, difusas,
deconstruidas y no representativas;
permiten al individuo un acercamiento al recuerdo de algo, lo traslapa a un espacio, un olor, un color,
una sensación, un tiempo. Por ello la
imagen fotográfica denominada abstracta funciona de la misma manera como
elemento mnemotécnico para la memoria desde la posición hipomnetica de la
misma.
Conservando
en la traslado de la mirada, del recuerdo, del culto a lo simbólico una
condición aurática, ya que permite debelar en cualquier contexto un recuerdo sin condicionamientos de la
imagen referenciada. Solo desde la naturalidad del ser y de su mirada – mirada,
desde esa observación cautiva de la sensación misma, en la cual tiempo y
espacio se evidencian a partir del juego del movimiento de la imagen
fotográfica desde la técnica pura.
BIBLIOGRAFIA
·
Stiegler, Bernad. Anamnesis
e hiponmensis. Traducido por Jorge Echavarría Carvajal. Universidad nacional,
Medellín, julio de 2009
·
Benjamín Walter. La obra de
Arte en la Reproductibilidad Técnica. En discursos interrumpidos I. Tauros,
Buenos Aires, 1989.
·
Benjamín Walter. Sobre
Algunos Temas de Baudellaire.
·
Ramírez, Juan Antonio. El
Objeto y el Aura (Des)orden visual del arte Moderno. Ediciones Akala S.A.
España, 2009.
·
Melot Michel. Breve Historia
de la Imagen. Ediciones Siruela S.A.
Madrid 2010.
[1] Stiegler, Bernad. Anamnesis e hiponmensis. Traducido por Jorge
Echavarría Carvajal. Universidad nacional, Medellín, julio de 2009
[2] Barthes, Ronald. La cámara lucida. Ediciones Paidós Ibérica,
España. 1997
[3] Ramírez, Juan Antonio. El objeto y el aura (des) orden visual del
arte Moderno. Ediciones Akal S.A, Madrid España – 2009.
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