El acto de acumular no implica necesariamente
una acción sobre la conciencia de coleccionar, aunque coleccionar si implica un
acto de acumular cosas. Acumular entonces en la práctica no responde
necesariamente a la conciencia que demanda coleccionar, ya que, coleccionar
plantaría un problema asociado a unas formas de relacionamiento profundo con
los objetos, además de la carga de conocimiento que ellas tienen como piezas
llenas de información en sí mismas. Por el contrario, la acumulación solo
implica una relación socio afectiva o de memoria que los objetos traen consigo
para el sujeto. Aunque en ambos casos
existe un problema de significación en la implica un sentido de posesión.
La práctica de acumular objetos deviene desde
Alejandro Magno y se reactiva a partir del siglo XVI con el gabinete de
curiosidades, los cuales tienen como intensión, poseer objetos que pudiesen dar
cuenta de la totalidad del mundo. Así, el gabinete pretende representar el
mundo a través de los objetos cargados de sentido para poseer a su vez el mundo.
La actividad de coleccionar en tanto forma de
acumular es un acto que demanda un conocimiento, pues el objetivo del
coleccionador es poder alcanzar la idea total sobre aquello que colecciona.
Hacer una taxonomía de los mismos, nominarlos reafirmando su valor de sentido
para el conocimiento puntual que el objeto ofrece. Al en rutar un conjunto de
objetos en tanto la posibilidad de crear lazos de conocimiento y rutas que
conlleven a la generación de preguntas. El coleccionar tiene un valor para la
acción enciclopédica allí en esa posibilidad de crear enlaces con otras cosas y
en configurar objetos que contiene un fragmento del mundo.
Acumular con intensión de coleccionar es en sí
mismo un acto estético por las relaciones simbólicas que se establecen entre el
sujeto y los objetos individualmente y en su conjunto. Aun que considero que
coleccionar y acumular no están en el mismo nivel de conciencia creadora, si
podemos pensar que demanda un proceso de afección, por ello está vinculado a
una experiencia estética. Por lo que, ambos pueden devenir en un proceso
creativo o configurar una acción creadora.
Ejemplo de ello es el texto elaborado por Fox
Talbot “el libro de la naturaleza” dentro de él no hay directamente una
intención de coleccionar, la intención solo se centra en la acumulación de
imágenes que sirven para configurar una información. La imagen allí se ubica
con una intención de describir los fenómenos, dando validez a la foto como
texto visual. Por otro lado, encontramos el texto de Anna Atkin que consiste en
el registro de su colección de plantas y en el cual se observa una intención
enciclopédica.
Por último, coleccionar o acumular cosas si
bien es un acto que implica cierta psicosis, demanda más un acto de
construcción de un acervo que permita dar la idea de una totalidad referente
del mundo, a partir de la fragmentación de los objetos. Totalidad que está determinado por la mirada
y no por la totalidad en sí, como tal. A
su vez es un acto estético porque envuelve una acción de sentido y toda acción
de sentido demanda una relación de significación de los sujetos y los objetos o
el fenómeno y esto es una experiencia estética.
Bibliografía
Benjamín , W. (1930). Desempaco
mi biblioteca. Un discurso sobre el coleccionismo. Ensayo. Obtenido de
https://roxanarodriguezortiz.files.wordpress.com/2011/04/benjamin-walter-desempacando-mi-biblioteca.pdf
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